Académicas y ex alumnas de FACSO reflexionan sobre los avances y desafíos pendientes en materia de igualdad de género

Académicas y ex alumnas de FACSO reflexionan sobre Día de la Mujer

En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, Irma Palma, Silvia Lamadrid, Isabel Pemjeam y Paula Hernández analizan el rol que ha cumplido la Universidad de Chile en las discusiones por equidad entre hombre y mujeres, la participación que ha tenido las mujeres en el debate sobre aborto, los estereotipos aún presentes en la sociedad y en qué áreas las mujeres han logrado insertarse con mayor equidad, , entre otros temas.

La conmemoración del Día Internacional del Día de la Mujer abre interrogantes y reflexiones sobre cuánto ha avanzado la sociedad chilena en términos de equidad, así como también los desafíos pendientes para igualar las condiciones de inserción en todo ámbito para hombres y mujeres.

El pasado 31 de enero la Presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales. En este sentido, “las mujeres en Chile, las jóvenes, mayores o más mayores, están falta palabra en la sociedad respecto del debate con la experiencia del aborto”, afirma Irma Palma.

Las mujeres hoy día “tenemos una tensión importante con la propuesta hecha por la Mandataria. Esta propuesta no responde a la necesidad de la superación del aborto clandestino en Chile”. El movimiento femenino está porque Chile tenga una ley de aborto que permita realizar voluntariamente la interrupción del embarazo cuando, por sus intereses, por lo que desplegar una propuesta de ese tipo es algo muy necesario pero muy dificultado en el debate actual”.

Reproducción cultural de las inequidades de género: los estereotipos

En los últimos 40 años, a partir de las investigaciones realizadas por la Coordinadora Núcleo de Investigación Género y Sociedad Julieta Kirkwood del Depto. Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, Silvia Lamadrid, es posible concluir que los estereotipos han cambiado menos que las condiciones de vida reales de las mujeres, “es decir las relaciones sociales de género han experimentado más modificaciones que las ideas preconcebidas que tenemos respecto de lo que los hombres y mujeres debieran hacer”.

La permanencia de muchas de estas ideas, se debe a que hay procesos sociales complejos de por medio, entonces las posibilidades de que hayan cambios va a depender, por cierto, del hecho de que “las mujeres estén participando más en el mundo laboral y cambiarán en la medida en que ellas actúen distinto, entonces el estereotipo se reacomodará a cómo estén actuando hombres y mujeres, porque los hombres también están cambiando”, analiza.

En ese sentido, en la sociedad chilena “ha habido una expresión bastante importante en organizaciones sobre todo de jóvenes frente a la construcción de estereotipos básicos sobre el ser hombre o mujer, cuando en realidad hombres y mujeres son mucho más diversos”.

Liderazgo femenino

Si bien en los últimos años ha habido una mayor inserción de las mujeres en la ocupación de cargos de liderazgo, tanto en la esfera pública como privada, proporcionalmente aún se encuentran en minoría.

Una de las razones que justifica este fenómeno tiene relación con que “nosotros(as) vivimos en una cultura donde el parangón es la meritocracia y bajo esa lógica se amparan múltiples justificaciones, como que no es necesario tener políticas afirmativas de género porque finalmente es el mérito el que vale”, señala Isabel Pemjeam, profesional del área del Buen Vivir, de la Sexualidad y de la Reproducción. Entonces, constantemente a las mujeres se les dice que hay ámbitos de desarrollo laboral que “no son para ellas y las vamos penalizando en la medida en que la medida en que se interesan en esos temas”.

Las mujeres en el ámbito académico

El siglo XX sin duda estuvo marcado por la adquisición de derechos cívicos por parte de las mujeres, como el derecho a voto o a la educación. Sin embargo, “eso no necesariamente ha implicado cambios culturales o estos han sido mucho más lentos, dificultosos e identificar, porque cuando la exclusión es explicita es muy claro de demostrar”, asevera Paula Hernández, investigadora del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Sociales.

Desde que las mujeres ingresaron al campo académico han tenido que demostrar su capacidad y habilidad. “Antes se pensaba que las mujeres no debían entrar a la universidad, siendo una de sus justificaciones que no tenían las mismas capacidades y que debían dedicarse a lo doméstico”. Por tanto, una de las tareas pendientes es “desmitificar lo de los roles domésticos, la maternidad, entre otros, y empezar a compartir (entre hombres y mujeres) tareas en ese sentido”, argumenta.

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